¿QUÉ ES LA DISLEXIA?
La dislexia es un trastorno del aprendizaje de la lectoescritura, de carácter persistente y específico, que se da en niños que no presentan ningún hándicap físico, psíquico ni sociocultural y cuyo origen parece derivar de una alteración del neurodesarrollo.
Atendiendo a su carácter específico, los disléxicos son niños y niñas inteligentes que sólo presentan dificultades en tareas relacionadas con la lectura y la escritura. Por tanto, no se consideran disléxicos los niños que tienen un retraso intelectual o madurativo, niños con alguna discapacidad psíquica o física o niños no escolarizados o que estén en situaciones ambientales desfavorables.
En base a su carácter persistente, se suele descartar el diagnóstico de “Dislexia” en niños/as que presentan dificultades evolutivas a la hora de adquirir la lectoescritura, las cuales desaparecen por si solas o tras una breve intervención.
Según el CIE-10, los disléxicos manifiestan de forma característica dificultades para recitar el alfabeto, denominar letras, realizar rimas simples y para analizar o clasificar los sonidos. Además, la lectura se caracteriza por las omisiones, sustituciones, distorsiones, inversiones o adicciones, lentitud, vacilaciones, problemas de seguimiento visual y déficit en la comprensión, (OPS, 1997).
Para Etchepareborda y Habib, 2000, la dixlexia es una dificultad para la descodificación o lectura de palabras, por lo que estarían alterados alguno de los procesos cognitivos intermedios entre la recepción de la información y la elaboración del significado.
A pesar del establecimiento único de unos criterios de exclusión e inclusión para establecer el diagnóstico de la dislexia, hay que tener claro que no todos los niños disléxicos presentan las mismas dificultades y/o características. Por tanto, es esencial hacer un diagnóstico exhaustivoy detallado para poder establecer programas de intervención específicos.
La dislexia es el trastorno de aprendizaje más frecuente entre la población de edad escolar, cuya prevalencia se estima entre un 5 y un 17%, (Shaywitz, 1998), siendo más frecuente en niños que en niñas.
El principal problema que tiene la dislexia es que no es compatible con nuestro sistema educativo, pues, dentro de este, todos los aprendizajes se realizan a través del código escrito, por lo cuál el niño disléxico no puede asimilar ciertos contenidos de materias como Conocimiento del Medio, porque no es capaz de llegar a su significado a través de la lectura.
El niño/a disléxico debe poner tanto esfuerzo en las tareas de lectoescritura que tiende a fatigarse, a perder la concentración, a distraerse y a rechazar este tipo de tareas. Los padres y profesores procesamos esta conducta como desinterés y presionamos para conseguir mayor esfuerzo, sin comprender que estos niños, realizando estas tareas, se sienten como si de repente, cualquiera de nosotros, nos viéramos inmersos en una clase de escritura china.
En 1970 la Federación Mundial de Neurología define dislexia como “Trastorno manifestado por dificultad en el aprendizaje de la lectura pese a la instrucción convencional, una inteligencia adecuada y buenas oportunidades socioculturales”.
En 1992 en el CIE-10 se define dislexia como “Un déficit específico que no se explica por el nivel intelectual, por problemas de agudeza visual o auditiva o por una escolarización inadecuada”.
En 2002 el DSM-IV-TR (APA,2000) se engloba la dislexia dentro de los trastornos del aprendizaje con el nombre de trastorno de la lectura y se establece que “La característica esencial de la dislexia es un rendimiento en lectura, (precisión, velocidad o comprensión), que se sitúa sustancialmente por debajo del nivel esperado en función de la edad cronológica, del cociente intelectual y de la escolarización propia de la edad del individuo”.
Todos estos sistemas diagnósticos coinciden en los criterios de inclusión y exclusión indicados, así como en el origen constitucional relacionado con una alteración en el neurodesarrollo.
En 2008 la Consejería de Educación, Ciencia e Investigación de la Región de Murcia, establece en su Guía de Actualización sobre la Dislexia del Desarrollo una definición muy completa sobre el termino dislexia considerándola como “Aquella condición relacionada con una alteración en el neurodesarrollo que lleva consigo una discapacidad específica y persistente para adquirir de forma eficaz las habilidades lectoras, a pesar de presentar un nivel intelectual adecuado, disponer de los oportunos recursos escolares y sociofamiliares, buena disposición y motivación hacia el aprendizaje y no presentar ninguna deficiencia neurológica, psíquica ni sensorial.”
¿QUÉ ES LA DISLEXIA?
La dislexia es un trastorno del aprendizaje de la lectoescritura, de carácter persistente y específico, que se da en niños que no presentan ningún hándicap físico, psíquico ni sociocultural y cuyo origen parece derivar de una alteración del neurodesarrollo.
Atendiendo a su carácter específico, los disléxicos son niños y niñas inteligentes que sólo presentan dificultades en tareas relacionadas con la lectura y la escritura. Por tanto, no se consideran disléxicos los niños que tienen un retraso intelectual o madurativo, niños con alguna discapacidad psíquica o física o niños no escolarizados o que estén en situaciones ambientales desfavorables.
En base a su carácter persistente, se suele descartar el diagnóstico de “Dislexia” en niños/as que presentan dificultades evolutivas a la hora de adquirir la lectoescritura, las cuales desaparecen por si solas o tras una breve intervención.
Según el CIE-10, los disléxicos manifiestan de forma característica dificultades para recitar el alfabeto, denominar letras, realizar rimas simples y para analizar o clasificar los sonidos. Además, la lectura se caracteriza por las omisiones, sustituciones, distorsiones, inversiones o adicciones, lentitud, vacilaciones, problemas de seguimiento visual y déficit en la comprensión, (OPS, 1997).
Para Etchepareborda y Habib, 2000, la dixlexia es una dificultad para la descodificación o lectura de palabras, por lo que estarían alterados alguno de los procesos cognitivos intermedios entre la recepción de la información y la elaboración del significado.
Para Etchepareborda y Habib, 2000, la dixlexia es una dificultad para la descodificación o lectura de palabras, por lo que estarían alterados alguno de los procesos cognitivos intermedios entre la recepción de la información y la elaboración del significado.
A pesar del establecimiento único de unos criterios de exclusión e inclusión para establecer el diagnóstico de la dislexia, hay que tener claro que no todos los niños disléxicos presentan las mismas dificultades y/o características. Por tanto, es esencial hacer un diagnóstico exhaustivoy detallado para poder establecer programas de intervención específicos.
La dislexia es el trastorno de aprendizaje más frecuente entre la población de edad escolar, cuya prevalencia se estima entre un 5 y un 17%, (Shaywitz, 1998), siendo más frecuente en niños que en niñas.
El principal problema que tiene la dislexia es que no es compatible con nuestro sistema educativo, pues, dentro de este, todos los aprendizajes se realizan a través del código escrito, por lo cuál el niño disléxico no puede asimilar ciertos contenidos de materias como Conocimiento del Medio, porque no es capaz de llegar a su significado a través de la lectura.
El niño/a disléxico debe poner tanto esfuerzo en las tareas de lectoescritura que tiende a fatigarse, a perder la concentración, a distraerse y a rechazar este tipo de tareas. Los padres y profesores procesamos esta conducta como desinterés y presionamos para conseguir mayor esfuerzo, sin comprender que estos niños, realizando estas tareas, se sienten como si de repente, cualquiera de nosotros, nos viéramos inmersos en una clase de escritura china.
En 1970 la Federación Mundial de Neurología define dislexia como “Trastorno manifestado por dificultad en el aprendizaje de la lectura pese a la instrucción convencional, una inteligencia adecuada y buenas oportunidades socioculturales”.
En 1992 en el CIE-10 se define dislexia como “Un déficit específico que no se explica por el nivel intelectual, por problemas de agudeza visual o auditiva o por una escolarización inadecuada”.
En 2002 el DSM-IV-TR (APA,2000) se engloba la dislexia dentro de los trastornos del aprendizaje con el nombre de trastorno de la lectura y se establece que “La característica esencial de la dislexia es un rendimiento en lectura, (precisión, velocidad o comprensión), que se sitúa sustancialmente por debajo del nivel esperado en función de la edad cronológica, del cociente intelectual y de la escolarización propia de la edad del individuo”.
Todos estos sistemas diagnósticos coinciden en los criterios de inclusión y exclusión indicados, así como en el origen constitucional relacionado con una alteración en el neurodesarrollo.
En 2008 la Consejería de Educación, Ciencia e Investigación de la Región de Murcia, establece en su Guía de Actualización sobre la Dislexia del Desarrollo una definición muy completa sobre el termino dislexia considerándola como “Aquella condición relacionada con una alteración en el neurodesarrollo que lleva consigo una discapacidad específica y persistente para adquirir de forma eficaz las habilidades lectoras, a pesar de presentar un nivel intelectual adecuado, disponer de los oportunos recursos escolares y sociofamiliares, buena disposición y motivación hacia el aprendizaje y no presentar ninguna deficiencia neurológica, psíquica ni sensorial.”
Tipos de Dislexia
Dislexia fonológica
Nos encontramos ante una dislexia fonológica cuando el niño realiza una lectura visual de las palabras. La lectura visual corresponde a una lectura donde se observan las palabras de forma global, deduciendo en lugar de leer, las palabras conocidas. Resulta difícil sobretodo en la lectura de palabras largas, poco frecuentes y pseudopalabras. Pueden leer “casa” en lugar de caso” o “lobo” en lugar de “lopo”, deduciendo la palabra en lugar de leerla. También pueden cometer errores morfológicos o derivativos, en los que confunden los sufijos: comía / comiendo, calculadora, calcular…
En niños que tienen dislexia fonológica encontraremos estos errores más comunes:
- Confusiones en letras: d-b, p-q, b-g, u-n, g-p, d-p
- Omisiones de letras-sílabas-palabras: clan/can
- Inversiones en letras-sílabas: Lapa/Pala, Rapa/Arpa, pader/padre
- Reiteraciones de sílabas-palabras: Cocicina/Cocina
- Sustitución de palabras: Lagarto/Letargo
- Invenciones de palabras: Qué/y de que
- Vacilaciones en palabras desconocidas: Cu-cur-curlo
- Ortográficos en palabras nuevas o desconocidas: Grifo-Cruz/Cruyff
Dislexia superficial
Nos encontramos ante una dislexia de superficie o superficial cuando el niño muestra dificultad para leer por la vía léxica, es decir, para reconocer las palabras irregulares. Normalmente cometen más errores de omisión, adición o sustitución de las letras. Pero tienen mejor nivel en la lectura de pseudopalabras en comparación con los niños que presentan dislexia fonológica. Presentan también mayor problema con la ortografía ya que solo se guían por la información auditiva.
Dislexia profunda o mixta
Nos encontramos ante una dislexia profunda o mixta cuando se dan ambas rutas, lo que hace que el niño cometa errores en los procesos de lectura tanto auditivo como visual. Esto supone tener dificultades para descifrar el significado de las palabras, la imposibilidad de leer pseudopalabras, cometer errores visuales, semánticos o paralexias (confundir “feliz” con “Navidad”). También presentará dificultad para leer las palabras abstractas, verbos y palabras función (palabras sin significado como las palabras nexo)
¿ Cómo se diagnostica la dislexia ?
En el niño de edad superior a los 9 años, se debería establecer con firmeza el diagnóstico de dislexia. La Tabla IV, muestra los síntomas más habituales.
Tabla IV. Aspectos clínicos para el diagnóstico de dislexia
Dificultad para descodificar palabras aisladas. Dificultades más importantes para leer no-palabras o palabras raras. Lectura con errores y muy laboriosa. Lectura lenta. Dificultades ortográficas. Problemas sutiles en el lenguaje Dificultad para nombrar figuras. Mal rendimiento en los tests fonológicos. Historia de dificultades en la lecto-escritura Lectura correcta pero no automática Lentitud en la lectura Penalización en los tests de elección múltiple
Sin embargo, no es infrecuente que el motivo de consulta no venga determinado por ninguno de estos síntomas. Lo más habitual es un fracaso escolar con respecto al cual no se han establecido las causas. Por ello, la primera hipótesis diagnóstica ante un problema de bajo rendimiento escolar, debe ser la dislexia.
Una vez valorados los síntomas referidos, que por lo menos en parte, siempre están presentes en la dislexia, se debe proceder a pruebas psicométricas, que confirmen el diagnóstico y permitan definir el perfil cognitivo, sobre otros aspectos que también inciden en los aprendizajes.
Tabla V. Pruebas recomendadas
Test Estandarizado de Lectura (TALE, TALEC). Cociente Intelectual: WISC-R, WISC-III, K-ABC. Test Fonológico. Test de Identificación de Objetos (PEABODY). Test de Vocabulario de Boston. Continous Performance Test (CPT). Cuestionario para valorar atención (Conners). Cuestionario para valorar perfil psicopatológico (CBCL).
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